¡Oh! ¿Y ahora qué hacemos Vinicio?

[Esa debe de ser, probablemente, la pregunta que mas agobia y escucha el Vinicio Alvarado, y que proviene de su amo y señor de los anillos de cuero, el Correa.]

[Recordemos que la verborrea de Correa, que mas parece una diarrea oral, es igual en público y en privado]

Correa: Vini, ¡Oh! ¿Y ahora qué hacemos con este escándalo del shunsho del Chauvín, y nuestro "Juancho" Larrea ? Mira que no nos ha salido como esperábamos. Este espectaculito, que no fue precisamente armado por nosotros, sino que nos cayó en la tarima de nuestro circo por culpa de unos chapas HDP que hechos los honestos y profesionales, descubrieron que nuestros “compañeritos” de las FARC estaban vinculados con esos giles de los Ostaiza, (creo que también colaboraron con la “baca” para la campaña, y el pendejo de mi hermano mientras tanto abriendo su bocaza de que no le cuadran la cuentas.) De tanto hurgar, esto chapas descubrieron que los Ostaiza son los cuates del "carne de cañón" del Chauvín, el torpe idealista ese que se vino trayendo el “Juancho” Larrea desde la ALDHU, para ponerlo de subsecretario, cuando necesitabamos bailar con el “comandante” Reyes y sus acólitos y nos urgía ese “enlace”. Todo este embrollo no nos ha subido puntos de popularidad, que, como vos bien sabes, a la larga se traduce en esos votos de ingenuos y noveleros que nos mantienen en el poder, y gracias a su apoyo masivo, justificamos cualquier cosa. Mira que nuestra impunidad radica en la clásica lucha entre lo legítimo y lo legal. Nos vale un pepino lo legal, si podemos endilgar nuestras acciones a las turbas, y justificarlo aduciendo que ese es el deseo y clamor popular, sin que importe si lo que hacemos está o no dentro de un marco legal. Estoy tan cabreado con esos chapas sarnosos, por habernos puesto en evidencia y habernos hecho lucir como idiotas y mentirosos en todo ese otro show que armamos la otra vez, (por consejo de mi pana Hugo) cuando el pelmazo del Uribe reventó a nuestros financistas y amigos en Angostura. ¿No te acuerdas que tuve que armar el chivo y presentarme como una viuda acongojada, descompuesta y desencajada?

Todo el papelón ese, para que ahora, me toque un peor papelón y tener que tragarme mis palabras. Ahorita mismo me le dices el verdugo ese del chapa Hurtado que desmantele ese equipito de investigadores antidrogas, y que los mande para la punta de un cuerno, así de pronto, le echamos algo de tierra a todo este asunto que ya me está hinchando las pelotas, al punto de generarme un caminadito medio raro. Ya mismi, me le llamas al chapa Hurtado y lo pones en pindingas para que haga lo que quiero. Pero Vini, hasta ahora no me contestas mi pregunta: ¿Qué mierda hacemos ahora para despistar, para desviar la atención de esos morbosos periodistas y sus medios, cómo le hacemos ahora para mantenernos populares y continuar dopando al populacho con nuestro burdo circo? Mi poder no radica en la constitución, con esa yo me limpio el orto, mi poder radica en la radiodifusión, en la feria de la alegría y la popularidad que se desprenden de ellas.

Alvarado: Ya te he dicho que no me llames Vini, eso me encabrona, suena tan a GLTB y tan a Gustavo Jahlk o a esos idiotas pseudointelectualides progres de DDHH que defienden derechos de cualquier adefesioso y se la pasan hablando de ellos, pero se hacen los otos ante los derechos que vos "no" atropellas. Pero bueno, vos eres el omnímodo, y puedes llamarme como quieras. (Vinicio, genuflexo y en actitud servil se inclina ante la voluptuosa presencia de su amo, ¡Pigue numás pachuncitu!)

(Correa con mirada desviada al zenit, se pregunta ¿qué querrá decir eso de omnímodo? Debe ser algo medio alhaja, pero yo soy mas bien, carnívoro… mejor le dejo que hable)

Alvarado: Bueno, ahora si, ya que te tocó hacer una pausa para respirar, voy a proceder a contestarte. Primero, los pelucones, las gordas horrorosas, las bestias salvajes, las momias cocteleras, los fumoncitos, las mijas cuyos papis les buscan marido en escuelas caras (¡qué conste que no estoy hablando de vos ñañón!), los idiotas emigrantes como aquel, las majaderas por las que vos, otrora, ponías las manos en el fuego, las roxanas queirolos, y toda esa sarta de desatinos y balbuceadas, ya están trilladas, y el populacho ya no se enardece, con los epítetos y apostrofaciones…

Interrumpe Correa: ¡vesijue! ¿Y quienes son esos cabrones?

Alvarado: No son ningunos cabrones. Los epítetos y las apostrofaciones, son todas esas huevadas que hablas como lora catarnica, y que se las lanzas a todos esos que nosotros, (ñaca-ñaca dije “nosotros” que astuto soy, pensó Alvarado, mientras se frotaba las manos maliciosamente, con expresión de seño fruncido a la Fernando “Cejis-mundo” Bustamante) llamamos oposición y burgueses enemigos.

El populacho quiere linchamientos, ortiga, inmolaciones, quiere ver a auténticos ingenuos que se puedan prender fuego, (aunque amenacen con hacerlo mil veces y no lo cumplan, igualito a vos), quiere acciones rápidas que lo anime y entretenga cual feria de la alegría, que los ponga frenéticos, que nos hagan populares, como Traguito y Gallito lo fue en su época. ¿Recuerdas que cuando mandaste a expropiar los bienes de los banqueros esos que no nos quisieron colaborar por las buenas, quedaste bacano con la chusma, al actuar al margen de la ley, pero adujiste que lo hacías como paladín justiciero obedeciendo al sentir del pueblo, que ya está harto de esos ricachones? Ese tipo de cosas es lo que nuestras turbas esperan de vos. (Alvarado en sus adentros: pendejo éste ha de creer que el pueblo lo ve como un Robin Hood criollo… por suerte, bien criollo si es, porque solo reparte lo que le quita los ricos, entre sus panas, como cuando nombra a los reciclables de siempre como sus representantes y administradores de las empresas y canales expropiados a la fuerza)

Vos ya sabes que, para seguir popular, a mas de los videomontajes que te preparo para tus cadenas nacionales, cada sábado, en tus letánicos monólogos, te tienes que agarrar con alguien nuevo, armar un nuevo escándalo, echarle la culpa de cualquier cagada tuya a alguno de tus reciclables colaboradores, como lo que hiciste con mi hermano o con tu ñaña la Pierina, o en su defecto, le achacas cualquier culpa a la prensa, al enano Ortíz, al alevoso del Vera o algún otro periodistucho de a cuarta. Ya ves que yo me la paso todo el tiempo “craneando” por vos, para que tengas mazamorra para el menjurje. Por eso, ya tengo la respuesta para este nuevo escándalo, pero no serás tan pendejo de ir a abrir la bocota sin informarte bien de los detalles. Yo te doy la idea, vos mandas a otros a que te la pulan, pero que no se equivoquen como con las hojas de choclo.

Verás, como nosotros somos disque antiimperialistas, y odiamos a los gringos, y eso es lo que le clavamos en la cabeza a ese populacho bruto, te propongo que ahora te agarres con un par de gringos giles de mandos medios, de esos que tenemos ocupados haciéndoles creer que nos colaboran y asesoran en la lucha contra las drogas y otras pendejadas como disuadir a la gente de la estúpida idea de querer pagar a un “coyote” para que los saque de este paraíso socialista… bueno en fín, la cosa es que te tienes que agarrar, a puñetes, si es necesario, con estos gringos shunshos, así armas un zafarrancho diplomático, y obligas a la prensa a escribir sobre ese tema, desviando entonces la atención de la chusma en otra dirección. ¡Ya ves que soy vivísimo!

Alternativas

Pero siempre existe esa idea vaga, que ofrece una alternativa al placentero dolor de la soledad:

Construir un sueño de un beso... (ese besó que nunca ocurrió, ni se pidió)

Soledad

No. Hoy no me siento melancólico. No siento esa alegría de estar triste. Hoy simplemente me pregunto si sirve de algo torturarse con la idea de un imposible. ¿Es ese acaso el tenue rayo de luz que ilumina la tiniebla de la desesperanza? No lo sé. Se que trata de hartar la insaciable necesidad, pero al mismo tiempo ahonda en la desesperación. La soledad del alma, no deseada, pero cordialmente invitada por nuestros actos. "Me abrazó el mismo instante en que me dijiste adiós..."

Anhelos de siempre

Hay ciertos anhelos en la vida, que nunca se desvanecen. La mayor parte del tiempo los cargamos dentro del alma para que mantengan en ésta, ese fuego que nos hace ánimas inquietas. Ni el moho y putrefacción de la política pueden, con su hedor, hacerme olvidar... olvidar.

Divagar y ensoñar, placebos para un corazón dividido en dos. Por suerte hoy recordé una canción que nutre esos sólidos sentimientos etéreos. Antinomia que estabiliza el desequilibrio entre mente y alma. Una calma anodina.



"The greatest thing, you'll ever learn, is just to love. And be loved in return" Tan difícil, tan distante, que mis manos lo acarician y se escapa como agua entre los dedos.

Pobre Norman Wray

Resulta ser que cuando el voto es obligatorio, un montón de parásitos se suben a la camioneta del cacique que si goza de popularidad y se cobijan con el manto de su caudillo.

En Ecuador, Correa es el caudillo, un hombre que sigue despertando simpatías entre las turbas y el populacho. Sus colaboradores se cobijan bajo su manto sagrado, para empaparse de un poco de su popularidad, y beneficiarse en las urnas. Eso, mientras el voto sea obligatorio, y el cacique pida al populacho que vote en plancha. Eso también explica el servilismo, obediencia y temor al mentado liderzuelo. Se dejan insultar, aceptan como propios, los errores del jefe, y bochornosamente se sienten honrados al ser remplazados, para luego ser reciclados y rencauchados. Levantan la manito obedientemente, y renuncian a sus propios principios por temor a perder los favores del rey.

La elecciones primarias de Alianza País demostraron porqué estos pensadores progresistas de izquierda de avanzada, a pesar de renegar de Dios, de despotricar contra la Iglesia, de abogar por el Aborto, y todas esas idioteces que les procuran una supuesta imagen de modernos, de políticamente correctos, de alternativos, de sensibles con los asuntos de género, no fueron lo suficientemente modernos durante la redacción del mamotreto ese que llaman constitución, cuando se tocó el tema del voto. Si hubiesen querido estar acorde con sus fingidas poses de aniñados socialistas de corte "progre", debían haber abogado por la no obligatoriedad del voto. Claro, eso solo sucede en mentes realmente abiertas, no en pensamientos oprimidos o en almas serviles y cuerpos esbirros, que saben que sin el manto sagrado de su lider, ellos no son nadie, y si quieren ganar en las urnas, tienen que ganarse el voto de los ciudadanos con ideas y con acciones, no por carambola proveniente de la graciosa presencia de su jefe y chulo.

El pobrecito del Norman Wray, por ejemplo, entró, gracias al voto en plancha y la obigatoriedad de éste, como uno de los mas votados asambleístas nacionales al aquelarre ese, que aconteció en Montecristi. Ahora que le tocó competir por votos,-léase, las primarias- no contra terceros, sino contra sus propios co-idearios, y ante un electorado que no tenía la obligación de acudir a las urnas, se dio cuenta de que su supuesta popularidad estaba basada en las carismática imagen de su jefe y fetiche de adoración sado-onanística, Correa.

El voto voluntario es el peor enemigo del populismo y de los demagogos. Wray acaba de recibir el mensaje: es un don nadie, un hipócrita que vendió sus principios, (si es que alguna vez los tuvo) y se subió a la camioneta de Correa. Una vez abajo de ella, se convirtió en un simple mortal. Ahora el desdichado, busca un plato de segunda mesa, y persigue un puesto de concejal en el municipio de Quito. Se le acabó la chaucha, por lo menos hasta que el Correa lo decida reciclar, y lo nombre ministro o algo por el estilo. Si al menos fuese gordo y horroroso como la María Paula Romo, de pronto el sentimiento de lástima y el saber que ha tenido muchas navidades pero ni una noche buena, le ganarían unos cuantos votos. Norman, Norman, siempre quisiste meterte por los vértices, mierda maldita sea!

Al fin de cuentas, tal parece, no resultaron ser tan modernos estos izquierdistas aniñados, se dejaron llevar por el populismo, por la vieja praxis de la partidocracia, y pasaron a ser otros mas, de ese montón de politicuchos desprestigiados, unos simples "correómano-dependientes". Ni siquiera la obligatoriedad del voto fue cambiada en esa constitución. ¿En dónde se les quedó lo moderno... en la pose acaso o en los clichés farfullas y de impacto?