¿Recuerdas?

¿Recuerdas?
La pureza y simpleza de la niñez

Sunday, March 23, 2008

Coincidencias

La estuve pensando, en mis sueños; 3 noches ya que ella apareció. Hablamos. No recuerdo las confidencias que nos dijimos, el subconciente lo hace todo nublado.

Iba de regreso a casa, miré hacia otro automóvil, y creí haberla visto. La persona que conducía el otro carro, se parecía mucho a ella, o al menos eso quiere creer mi mente; 2 días hace de aquello.

Leía mi correspondencia, encontré una carta de ella. No decía mucho. Pero era suficiente para llenar de inquietud mi corazón.

¿Coincidencias talvez? No lo se. No me importa. Me alegró el día y me hizo creer que lo "nuestro" no es unidireccional. Hace pocas noches escribía sobre ella. Coincidencias.

Monday, March 17, 2008

Taciturno

Es una época extraña. Mi vida, en muchas cosas, es peor que la de un chiquillo adolescente. En otras, va de acuerdo al plan trazado y a lo espectado para mi corta edad. Recuerdos de gente querida, gente que quedó en el pasado; gente de mi pasado, presente en mi mente. Gente de mi pasado, con la cual no pude tener un presente. Eso quise. Gente que sigue vigente a pesar de una distancia geográfica. Gente distante, a pesar de la cercanía. Gente de mi presente, con la cual detesto mi pasado. Mucha nostalgia y sentimientos de soledad a pesar de estar acompañado. Los hijos me llenan la vida. Me dan alegría y embarran de optimismo el día y el futuro. Las contradicciones emocionales y del corazón, opacan en ocasiones, un poquito esos briosos momentos. Una queja imperdonable, sufrimiento innecesario, ínfimo, cuando se sabe de un prójimo en circunstancias adversas, debatiéndose entre el hambre y la desnudez. Lamento mezquino, angustia del egoísta. Sin embargo, nuestra esencia dejaría de ser tal, si dejásemos de quejarnos. Todos quieren algo, a todos les falta algo, y repetir tan trilladas deducciones, no ayuda en nada.

Me he alejado de mi mismo, de lo que soy. Existo, pero no vivo lo suficiente. He perdido el norte, y solo me regocijo en el presente. Me duele mirar al futuro, sabiendo que mucho de lo que se ha cedido, mucho de lo que se ha sacrificado, dejado de lado, o, para después, jamás verá ese después. Se negocia con la vida, y nunca se sabe si el resultado de esa transacción nos llevará a algún estado de certidumbre y satisfacción interna. Y mirar atrás no sirve de mucho, solo ahonda en el lamento o agrava la aflicción. No se aprende. Seguimos avanzando inexorablemente en este mundo y no atrapamos y congelamos esos momentos dichosos. No sabemos como estirarlos y hacerlos que se perpetúen en el tiempo… al menos el inmediato. La memoria es el único recurso que tenemos, y no le rendimos el tributo adecuado. La memoria no es estática, o momentánea, su futuro depende de nosotros. A las cosas que nos deleitan, démosles el tiempo necesario, y sigamos evocándolas o reviviéndolas, para que la dicha se prolongue y estire en la dimensión ingrata del tiempo.

Idealizar, es la droga con la que la memoria nutre al corazón. El corazón se alegra por un instante, se enajena y se olvida de su presente, se abandona a un futuro irreal. ¿Qué futuro es real? Un improbable cierto futuro.


Te extraño, te pienso...

Saturday, March 15, 2008

Perdido en la ignominia

Benevolencia del vino. Me he sentido con ánimo de retomar este espacio abandonado. Descuidado. Me he perdido de mi mismo. He pensado en escribir, muchas veces, con la simple intención de que un aprendiz de matemático, vea que escribo algo. Me he alejado de mi intención inicial. Comencé este espacio, no para ganar visitantes. Ha pasado tanto tiempo, y las cosas siguen igual.

Ella, sigue en mi mente. Abro la puerta, y su nombre ilumina mi teclado. Ella sigue en mi corazón. Mi mente no puede. He tratado de fingir que no la pienso. Mas, mientras lo hago, peor me pasa. Su nombre sigue causando el mismo efecto. Se distribuye por mi ser, y me causa quebranto, encanto y desencanto.

Ella sigue vigente. Es inútil combatir la irracionalidad del corazón. He tratado de ser coherente. No se puede. Mi corazón domina mi mente. He libado, el vino me ha envalentonado. El estrago del elixir de Baco, ha sido incapaz de adormecer ese sentimiento. No puedo contenerlo, necesito el recuento. No la he escrito, pero he pensado en hacerlo. No se que decirle. Nuestro último encuentro fue intenso, me liberé, hablé demasiado. Me volví vulnerable, fui un imbécil.

No supero la angustia, ella lo sabe. Finjo distancia, simulo amistad. Yo no puedo finjir. Es obvio que mi corazón se sale por mi boca. Ella sigue indiferente. Pretende indiferencia. Su realidad, mi realidad, líneas paralelas, sin esperanza de convergencia.

Otro matemático se burlará. Incapaz de sentir la erosión de un sentimiento así. Que me importa. A veces, quiero dejar esta impavidez, y arriesgarlo todo. Ella no está segura de ello. Ella no está convencida de mi sentimiento. Ella cree que todo es una ilusión. Un momento, en el presente, justificado por un pasado sin pasado.

Quisiera decirle todo. No puedo, ella lo rechaza. No me importa si soy víctima de libelos audaces, inoportunos y procaces. Siento, se que ella está presente, no se va de mi mente, por mas que lo intente. Rimando azarosamente, libero este yugo que me oprime. Retórica de antaño, palabrería de siempre, para decir que ella no escapa al latido de mi corazón. Corazón sin razón; ¿Cómo se puede querer dos mujeres a la vez? Una es madre y compañera, otra es amante sin saberlo y confidente sin decirlo, que nunca ha sido acariciada por la mano de este cobarde del corazón.

Mi realidad, naturaleza y verdad, tres razones para no llegar a tu corazón, tu vida, tu mundo. Una ilusión que sigue dispersa, una realidad inalcanzable.

No sabía de que escribir. Terminé haciéndolo sobre lo que no debo, no puedo, pero mas deseo.

El abandono de uno mismo, sin plasmar las ideas, mas una copa de vino, dan tránsito libre a la oculta desdicha, pintada con una sonrisa.

Quiero escribir mas, pero no puedo. No puedo, pero no porque me falta el fundamento. No puedo, porque la razón desembriaga al corazón. Este no puede seguir así. Debo mirar al frente, seguir la línea trazada. Ella nunca lo sabrá, nunca lo apreciará. Mis palabras son por ella y para ella. Algún día, mis labios coincidan con los suyos, ojalá. Idealismo de un todo perfecto, ingenuidad de un iluso corazón.

Me voy porque me aflige esta condición. No es posible amar a dos mujeres a la vez. Una está aquí, en mi presente, la otra está presente, sin estar aquí. ¡Qué difícil!