¿Recuerdas?

¿Recuerdas?
La pureza y simpleza de la niñez

Friday, April 10, 2009

El ayuno templa el espíritu

A veces quisiera que cosas que pasan en nuestros países vecinos, ocurrieran en el nuestro; sobre todo porque, quienes son los actores de dichos acontecimientos, pertenecen, todos, a una misma estirpe de payasos de feria pueblerina.

Resulta hilarante la actitud de estos izquierdositos que se creen los nuevos Ghandis de Latinoamérica. Si, es cierto, son populares entre las turbas y las muchedumbres hambrientas, que para infortunio de nuestros pueblos, conforman la mayoría de los votantes. Lo son, y por eso usualmente hacen lo que les da la gana, sin importarles ni el qué dirán, ni el qué pasará si se salen con la suya, o si es que, en teoría, existen consecuencias que se deban asumir por dichos actos. Son temerarios, se nutren de la impunidad. Son cínicos y con desfachatez miden a otros, con una vara que no se la aplican a ellos. Tuercen las reglas del juego que ellos mismos imponen o manipulan. Y se siguen amparando en su espuria y pírrica popularidad, aquella que se sostiene por el circo y tarima diarios, la difusión masiva e insistente de dichas maromas y los mendrugos de pan que se arrojan a la plebe desde la arena del circo. Nutren a su popularidad en los odios de clases, en los rencores ancestrales, y en las envidias e intrigas que generan. Tienen secuestradas a la mayoría de instituciones de sus países, (no hay institucionalidad) no existe un verdadero estado de derecho; y muy a pesar de ello, cuando las cosas no se dan como les da la gana, y cuando se sienten impedidos de imponer su voluntad , tienen que recurrir al emperro, al berrinche, y una muestra de tal comportamiento es esta nueva hazaña que sublimiza su ya popular imagen.

Ahora el Evo Morales se ha puesto a dieta, y qué mejor pretexto, que declararse en ayuno, para chantajear a sus congresistas a que hagan lo que él quiere. Un verdadero acto pueril de emperro y berrinche. Lo mas jocoso de este asunto, es que el tal Morales ya dizque ha hecho un ayuno algún tiempo atrás, y tal resulta, que se mantuvo con la tripa seca por 18 días. Si, oyeron bien, diez y ocho días. Yo creo que el bufón andino este, debería estar en algún libro de records por tal proeza. Y no me sorprende tal afirmación, porque es bien sabido que el sujeto este es bien avinagrado. Digo esto, porque es, así mismo, bien sabido que si una persona se autoimpone un régimen de restricción a las importaciones alimenticias, (no come) por mas de tres días, su cuerpo empieza a buscar otras fuentes de financiamiento diferentes a la glucosa, (fuentes energéticas) las cuales la ayudan a sobrevivir de manera somera y magra por un limitado tiempo. No obstante, el consumo de dichas fuentes de financiamiento conlleva a la liberación de ciertas sustancias tóxicas y corrosivas por su nivel de acidez. Se llaman los cuerpos cetónicos, los cuales en general huelen a vinagre, pues uno de ellos, es el ácido acético. Al cabo de unos días mas, estos cuerpos cetónicos y otros metabolitos intermedios, sumados a la deshidratación que supone un verdadero ayuno, conllevan a un estado de acumulación urémica, fruto de la subsecuente falla renal, lo cual acentúa el hedor avinagrado a urinal público. El individuo en cuestión se ahogará internamente en sus propios meados y la muerte acaecerá de manera dulce en un encefalopatía progresiva, durante la cual, la persona empieza a hablar estupideces, desatinos e incoherencias. (Yo a veces si creo que nuestros dignatarios viven en un estadito de encefalopatía crónica.)

A pesar de ello, yo soy un firme creyente de que algo de lo mismo debería suceder en nuestro país. Al juepucta aquel, debería de entrarle un poco de amor propio, y en lugar de estarnos aburriendo cada sábado con absurdos relatos de sus incursiones y desmanes culinarios, y la descripción de todos los manjares y delicias que se embute semanalmente, bien le caería un ayuno sostenido, para evitar esa, (todo indica que es inexorable) transición a una robusta rechonchez.

Es sabido que el belga que alimenta a la bestia de Carondelet, la está conduciendo a un estado de obesidad mórbida. Un ayunito le vendría bien al juepucta aquel.

Claro está, que junto a dicha acción, que debe ser tomada de manera altiva y soberana, debe, también, ser acompañada del apoyo moral y logístico de otras personas, para que ese corazón ardiente, no se infarte de tanto colesterol y catecolamina, y su mente lúcida no se enturbie con una apoplejía fruto de la acumulación de grasas en el cerebro. Esa ayuda debe provenir de la oposición. El juepucta aquel, debería buscar ayuda en los blogueros y en prensa para poder rebajar de peso y desengrasar su cuerpo. Debería de condicionarlos de la siguiente manera: si ustedes y la prensa me siguen jodiendo y me siguen dando duro por mis desatinos y abusos, yo no pruebo bocado alguno; ni siquiera esos canapés belgas.

Estoy seguro que los que nos preocupamos por el bienestar del juepucta aquel y que tememos que éste se convierta en un obeso mamífero, no escatimaríamos esfuerzos, para contribuir a dicha pérdida de peso. Sin embargo, lo que me preocupa de verdad, es el asunto de la encefalopatía, pues el casi gordo horroroso aquel, no perdería la oportunidad para seguir balbuceando dislates y cometiendo disparates e incoherencias amparado en la acumulación progresiva de desechos tóxicos y orina. Cierto es que esta situación –la de la encefalopatía- permitiría comprender y justificar las contradicciones del juepucta aquel, antes y después de Carondelet.

2 comments:

Juan Montalvo said...

El atufante hedor avinagrado de Evo tiene cualquier origen menos el ayuno que no practica.

EL tema de la alimentacion presidencial lo trate en mi blog anteriormente, con diferente perspectiva.

LOLA said...

VAYA VAYA ,EL JUAN MONTALVO PROMOCIONANDO SU BLOG.

AHH NO....LO QUE PASA ES QUE ESTÁN CONECTADITOS EN SU MISIÓN.

CONECTADOS CON LA OLIGARQUÍA.

Y TU....AGARRA UN DICCIONARIO Y LEE LA DIFERENCIA ENTRE HURTO Y ROBO Y DÉJATE DE ESCRIBIR HUEVADAS.LO DE USTEDES ES HURTO CRIMINAL...POR SER PERROS RECADEROS DE LA OLIGARQUÍA.

LOLA CIENFUEGOS